domingo, 17 de abril de 2011

HUELLAS DE CULPA


Bernhard Schlick nos lleva con “El lector” a una Alemania donde la culpa y el castigo dan forma a una apasionante trama.


Michael Berg es un adolescente quinceañero al que una hepatitis lo ha marginado momentáneamente de la escuela y sólo le permiten hacer lánguidos paseos por su ciudad. Un día, se siente enfermo y una atrayente mujer se acerca para ayudarlo, acompañándolo luego a su casa. Días después, su madre lo convence que le lleve un ramo de flores. En este momento, comienza el apasionado romance entre la cobradora de tranvías y el estudiante, quienes muy pronto caen en una rutina erótica donde el joven lee textos clásicos a su amada, se bañan y hacen el amor.

Pasan los meses y Michael comienza a añorar la piscina, sus amigos y amigas y realiza algunas arrancadas con ellos. En ese momento, la mujer desaparece y el joven queda con una sensación de culpa que arruinará sus futuros amores.


Siete años después, el protagonista, convertido en estudiante de leyes, es enviado a observar un juicio a un grupo de guardianas de las SS. Allí encuentra nuevamente a Hanna. Durante el desarrollo del proceso, se da cuenta que es analfabeta y que por no revelar este secreto, carga sobre sí misma todas las culpas. Más adelante, comenzará a grabarle libros y a enviárselos a la cárcel, sin que se cruce correspondencia entre ambos. Ella aprende a leer con la ayuda de las cintas y a los textos sobre los campos de exterminio y el Holocausto que obtiene en la biblioteca. Así, en el libro, se cruzan distintos enfoques y tragedias: primeramente, aparece la culpa, por la que han tenido que pagar los alemanes que nacieron después del Holocausto por una guerra en la que no tomaron parte; además, interviene el personaje femenino, contemporáneo al conflicto, que asiste sin reproches de conciencia a éste. Por otra parte, parece preferir el castigo, antes de confesar que no sabe leer. El autor, que también nació después de la guerra, analiza la posición de sus pares respecto de sus padres y como abogado, reflexiona sobre el derecho y la justicia. En una conversación de Michael con su padre -académico y filósofo-, hablan de la dignidad y la libertad del hombre para decidir su destino.


Bernhard Schlinck nació en 1944, el año en que terminó la Segunda Guerra Mundial. De profesión abogado, ejerce como juez en Alemania. Sus tres primeras obras fueron novelas policiales, que alcanzaron gran popularidad, pero fue con “El lector” donde ha obtenido el mayor reconocimiento, ganando gran número de premios literarios y batiendo todos los récords de ventas. Ha sido la novela alemana de pos guerra más vendida en Estados Unidos.


“El Lector” fue trasladado al cine con gran éxito por el director Stephen Daldry. En la película, Kate Winslet realiza una gran interpretación de Hanna, por la que ganó un Oscar. El papel de Michael lo desempeñaron dos actores: David Cross, hace un Michael de 15 años, y Ralph Fiennes, lo representa como adulto. Un libro interesante, magnificamente escrito, sobre un tema imborrable en la conciencia alemana.


(Puedes acceder al trailer de la película haciendo click aquí)

Maria Teresa Gandarillas

2 comentarios:

  1. Excelente reseña. Me dan ganas de leer el libro.

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  2. Solo vi la pelicula y es exelente,creo que leer el libro es una muy buena opción

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